El Subibaja | Lección de antidemocracia

Sube
2006 será un año de bombardeo propagandístico. Por un lado, los candidatos de los diferentes partidos políticos se empeñarán en convencernos de que ellos tienen la fórmula mágica para resolver el atraso, la marginación y el deterioro social que muchas comunidades del país están sufriendo. Si le buscamos el lado amable, la temporada electoral es una muestra de las formas diversas que los hombres de la política adoptan para convencernos de sufragar en su favor. Basta ver una campaña presidencial una vez para darse cuenta cómo serán las demás que te toque vivir. Y esa lección de antidemoracia bien valdrá la pena porque cuantas veces aceptes meterte en el huracán de las ofertas electorales no tendrás a quien echarle la culpa, mas que a ti mismo. También s epuede aprender de los errores propios, si uno quiere.

Baja
Por otro lado, la temporada electoral es un compendio de mensajes sin sentido, de frases huecas que se dicen en plazas mas o menos llenas de gente. Nada obliga al que busca el voto a regresar para cumplir lo que se ha prometido; entre otras cosas porque prometer no empobrece, dar es lo que aniquila y ningún político, por tonto que parezca quiere ser aniquilado. Además, las elecciones son una fiesta que a mas de la mitad de la población le tiene sin cuidado, simplemente porque el día principal no les es atractivo. No van a votar y lo demas carece de sentido. El circo electoral es el río revuelto en el que partidos, candidatos y unos pocos ciudadanos obtienen ganancias por adelantado y a costa de la aptía de los que no asistieron al pesca, pese a haber sido invitados. La política es una profesión en la que la indolencia de otros te da a ganar a ti. Vergonzoso pero cierto.

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